Sí. Aquel momento de la película en que una sonrisa se escapa traviesamente de tus sonrojados labios, aquel momento en el que tus ojos parecen dos estrellas sin más lugar para quedarse que debajo de tus cejas, aquel momento en el que tus costillas se ensanchan al máximo y dejan que la alegría inunde tus sentidos, y tu corazón, aquel momento en el que la hierba parece más verde, (y te dan ganas de bajar corriendo por la ladera y salir rodando en el último tramo) y el sol más luminoso, (¡sí! cuando sólo quieres mirarle a la cara y empaparte de luz) y el cielo más azul, (y sé fervientemente que no puedes aguantar el ansia que les entra a tus alas de abrirse y echar a volar) y las nubes más esponjosas. Aquel momento en que ya no puedes más, en el que te dan ganas de dejarlo todo y sumergirte en la felicidad. Aquel momento en que una de tus carcajadas vale, al menos, tres filones de oro. Aquel momento es en el que más te quiero.
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