Mis recuerdos.
Hoy te enseño un secreto, quieto, callado. ¿Lo ves? Son los recuerdos de mis viajes impregnados en las alas de las mariposas, ¡mira con atención! Sólo los que lo quieren de verdad pueden verlas. Así que aquí en mis hojas de papel , sin tinta y sin color, guardaré recuerdos que sólo tú y yo, y quizá alguien más, podamos ver. Si decides zambullirte en esta pequeña, redondeada y misteriosa bolita de cristal, en la que tengo atrapada la imaginación, hazlo con pensamientos de tinta y manos traviesas, siempre viene bien algo de compañía...


sábado, 9 de abril de 2011

Diario de Viajera: Charlotte vuela y no logro alcanzarla.

Ella. La chica del oscuro e infinito pelo chocolate, la que duerme con los ojos cerrados a un mundo cruel y una sonrisa en los labios. La que estira las piernas esperando que se hagan más largas, la que se pone medias y faldas, y deja a todo el mundo con la boca abierta sin apenas darse cuenta. La que no le importa nada de lo que los demás piensen o digan de su forma de ser, de sus sueños o de sus ilusiones, la que baila en la alfombra de su habitación con unos cascos plateados en las orejas y una melodía en sus pensamientos, la que, como despedida, deja una foto de sus ojos y unas cuantas palabras salidas directamente de su corazón a el de la persona que se va. La que viaja a dos metros por encima de su cama a un mundo al que probablemente,  ni tú ni yo podremos llegar, ¿sabes por qué? Porque no tenemos la magia entre los dedos, entre la piel y en nuestro interior: palpitando como un ser vivo que quiere salir y brillar más que cualquier estrella.

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