No sabes cómo te
echo de menos. Ay, ni siquiera puedo decirlo o escribirlo, sin que me dé una
punzada en el estómago, en el corazón, o en el alma, porque tu ausencia duele,
no sabes cómo duele. Hoy te escribo porque al mirarme en el espejo casi era
igual que uno de esos días en los que tanto me amabas, con el pelo oscuro
alborotado, formando espesos tirabuzones traviesos que me acariciaban el cuello
y los hombros con suavidad, esos que tanto te gustaba tomar entre tus dedos.
Con una camisa tuya -sí, todavía queda alguna- tuviste la poca decencia de no llevarte todo
lo que era tuyo de esta casa, como si pensaras que no iba a seguir utilizando
tu ropa para dormir, o buscando el olor de tu piel en el armario. Como si lo
pensaras. Tengo los ojos de color caramelo porque están iluminados por el Sol,
como cuando me conociste. Pero falta algo. Al principio no lo detecto, indago
un poco en el cristal que me refleja, pero al final lo descubro. Falta mi
sonrisa. Pero no creo que vuelva a aparecer, a menos que aparezcas tú con tu
maletín de cuero viejo, y ganas de divertirte. ¿Sabes? Lo que más recuerdo de
ti son aquellas tardes que pasábamos en el sofá, jugando con el globo terráqueo
que los antiguos inquilinos se dejaron olvidado, viendo donde iríamos el
próximo verano, poniéndole bigotes y ojos a los cuadros feos, y a las pinturas
que odiábamos. Rebuscando en las estanterías un libro para pasar el rato, e
imaginando con las alas fugaces que sólo me daba tu mente, que en vez de una
casa pequeñaja, vivíamos en un palacio. Quiero decirte que se me han pasado las
ganas de comer algodón de azúcar, pero que mientras te esperaba, con algo de
tristeza subida a mi regazo, he encontrado la solución, la “x” de la ecuación,
mi sonrisa se fue, y no volverá, porque mi sonrisa eres tú, eres tú, pequeño
ladronzuelo, y tú te la has llevado.
Páginas
Mis recuerdos.
Hoy te enseño un secreto, quieto, callado. ¿Lo ves? Son los recuerdos de mis viajes impregnados en las alas de las mariposas, ¡mira con atención! Sólo los que lo quieren de verdad pueden verlas. Así que aquí en mis hojas de papel , sin tinta y sin color, guardaré recuerdos que sólo tú y yo, y quizá alguien más, podamos ver. Si decides zambullirte en esta pequeña, redondeada y misteriosa bolita de cristal, en la que tengo atrapada la imaginación, hazlo con pensamientos de tinta y manos traviesas, siempre viene bien algo de compañía...
Hoy te enseño un secreto, quieto, callado. ¿Lo ves? Son los recuerdos de mis viajes impregnados en las alas de las mariposas, ¡mira con atención! Sólo los que lo quieren de verdad pueden verlas. Así que aquí en mis hojas de papel , sin tinta y sin color, guardaré recuerdos que sólo tú y yo, y quizá alguien más, podamos ver. Si decides zambullirte en esta pequeña, redondeada y misteriosa bolita de cristal, en la que tengo atrapada la imaginación, hazlo con pensamientos de tinta y manos traviesas, siempre viene bien algo de compañía...
miércoles, 13 de junio de 2012
No sabes cómo te echo de menos
Chinchetas:
Añorar,
Gritar,
Intentando olvidar,
sueños imposibles y causas perdidas.
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Muy bonito y triste. Casi se puede sentir esa punzada de la que hablas
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