-¿Segura de que es
por aquí Oli?
-Como si lo
estuviera leyendo en un mapa.- Olivia sonrió para si misma, alguien le enseñó
que esa pequeña cala no estaba registrada en ninguna parte.
-Hay demasiadas
rocas.
-Te aseguro que
cuando llegues abajo sólo verás arena y agua.
-Está bien…
Hugo saltaba
ágilmente cada obstáculo que aparecía por el camino, siguiéndola a ella, que
parecía tan segura como si fuera el pasillo de su casa, y es que le explicó que
había venido cada verano desde los cinco años.
-Ya casi estamos. Te
habrás acordado del bañador, ¿no?
-¿Tú que crees?
Ella meneó la
cabeza, él era su mejor amigo desde aquel, ya lejano día, de preescolar…
Y segundos después
el hermoso paisaje apareció ante sus ojos, los ojos excitados de ella, que eran
igual cada vez que tomaba rumbo a su pequeña playa y los ojos de él, repletos
ahora, de curiosidad, curiosidad por explorar cada rincón de ese mágico lugar…
y de, saber por fin, porqué Olive nunca le había dicho nada de él.
Corrió para llegar a
los escasos metros de arena fina, caliente y clarísima que había allí, quitándose
el vestido y lanzando las chanclas a Dios sabe qué parte.
Se sumergió en el
mar como un pez arrancado de su hogar en esas profundidades llenas de misterio
que sólo unos pocos privilegiados han conseguido desvelar.
Salieron, empapados
y exhaustos, sobre todo él, no tan acostumbrado a las búsquedas de peces y
conchas como ella, y se sentaron sobre
una de las rocas más cercanas.
-¿Qué te ha
parecido?
-Es… genial, de
verdad, no sé cómo no hay más gente.
-De hecho, no hay
nadie.
Una media sonrisa
aparece en las comisuras de los labios de ella, algo la ha hecho rememorar sus
vivencias allí.
-¿Vamos a mirar las
nubes?
Hugo, con un
asentimiento de cabeza, se tumba, haciendo caso omiso a la toalla. Las trenzas
rubias de Olivia rozan los finos granos tostados por el Sol. Sus ojos verdes
centellean, encerrando secretos que todavía no está preparada para desvelar.
-¿Sabes lo que más
me gusta de este sitio?
Él levanta la
cabeza.
-No.
-Que puedo tocar el
cielo con la punta de los dedos.
Ohhh!! Que bonita la última frase. Me gusta mucho como escribes :)
ResponderEliminarMe gusta bastante tu blog y su contenido. Las frases, fotos y demás.
¿Escribes relatos cortos como este o en ocasiones les das continuación?
Bueno... iré explorando poquito a poco tu blog a ver que tal. Ya te iré dejando comentarios ^_^
Muchas gracias!!
ResponderEliminarBueno, las fotos no son mías, es decir, que no las he hecho yo, pero todo lo demás lo he creado yo :)
Pues escribo muchos relatos cortos porque me encanta imaginarme escenas, o alguna que otra frase que me gusta acaba convertida en un relato ^^
Pero la verdad es que he pensado en hacer una historia definida sobre todo para Olivia y Charlotte, que ya nos han visitado varias veces :) y, bueno... la historia de Mariela va por entregas y la idea es que sea larga... tan larga como para terminar siendo un libro ;)
Bueno... que me enrollo como las persianas, gracias por habernos visitado.
Irina.
Una vez más, te ha quedado precioso *-* Por como lo has contado, debe ser un lugar realmente precioso!
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo, sobretodo la última frase :)
Te espero, un beso <3
Hace tiempo que no me paso. Lo siento. Me encanta, sobretodo la última frase.
ResponderEliminarLeyendo Bajo El Cielo.
Me pasaré más.
Aww que texto tan lindo :) y la frase que has colocado al final perfecta, muy preciosa :D
ResponderEliminar*Besos
Hola Irina,
ResponderEliminarSoy del Blogg Leyendo Bajo El Cielo! Ya te he pasado el relato! Muchas Gracias por todo!! Un beso.
Espero ponerlo pronto!!
M