Mis recuerdos.
Hoy te enseño un secreto, quieto, callado. ¿Lo ves? Son los recuerdos de mis viajes impregnados en las alas de las mariposas, ¡mira con atención! Sólo los que lo quieren de verdad pueden verlas. Así que aquí en mis hojas de papel , sin tinta y sin color, guardaré recuerdos que sólo tú y yo, y quizá alguien más, podamos ver. Si decides zambullirte en esta pequeña, redondeada y misteriosa bolita de cristal, en la que tengo atrapada la imaginación, hazlo con pensamientos de tinta y manos traviesas, siempre viene bien algo de compañía...


domingo, 4 de septiembre de 2011

Un minuto sin ti es un minuto menos de felicidad :)



-¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes?
Lucas la mira y le coloca un mechón de pelo chocolate tras la oreja, con infinita delicadeza, como hace siempre.
-Estaba pensando…- Se gira otra vez hacia la ventana, en la posición en la que se encontraba antes- ¿Has sentido alguna vez que se te escapan los detalles, que los recuerdos no acuden a tu llamada como antaño? Yo sí. Justo ahora. El día del parque. La semana pasada miré una foto y vi que llevabas las uñas pintadas, de hecho, de ese verde fosforescente que tanto te gusta, que llevabas el brazo lleno hasta el codo de pulseras. Me dijiste que si no te gustaba de esa forma nunca podrías salir conmigo, que tú eras así, un día de una forma y otro de otra.
Charlotte se acerca.
-Claro que me acuerdo. ¿Pero qué pasa con ese día?
-No recordaba lo que pasó en ese momento. Sólo el helado, el café y ese tímido beso. Y esa conversación fue importante. Fue un buen momento.
-Tienes razón, fue importante, no había vuelto a rememorarla desde entonces…
-A eso me refiero. Me encantaría inmortalizar esos instantes que más tarde te hacen sonreír, como se hace en las fotos pero como con los recuerdos… Poder tenerlo todo en la palma de la mano, ojalá las cámaras fueran capaces de hacer eso.
-A mí no me gustaría.
-¿No?
-No. Esos momentos o se graban en el alma o no se graban en ningún sitio, ese es el mejor sitio que hay, de hecho, el único. Porque si están en algún otro lugar no es lo mismo, pierden la intensidad, pierden su… su magia. Su verdadera esencia.
Lucas la miró.
-Es cierto pero… - Ella le interrumpió poniéndole un dedo en los labios.
-Y… Lucas. Para eso también existen las cámaras de vídeo.
Su rostro se desarmó por completo pero Charlotte reaccionó enseguida y una carcajada cristalina salió de su boca antes de salir corriendo como una niña pequeña.
Él la alcanzó sobre la hierba del parque.
-¿Pequeñaja? Este es uno de esos momentos.
Y sacó la cámara de vídeo.
Años después sus risas resonaban en una tele de un ático en París… Con unos labios rojizos, una manzana, y el pelo caoba de Charlotte mezclándose con el rubio trigo de Lucas. 




2 comentarios:

  1. ¡Irina! Tienes un premio en mi blog :)
    Un texto precioso, me encanta (como todo lo que escribes) :3

    ¡Un besazo, guapa! ;)

    Pd: Esta tarde te contesto al email, que tengo una mañana concurrida u.u (:

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  2. ¡Qué texto más bonito! Bueno, la verdad que todos tus textos son geniales, y aunque no tengo demasiado tiempo me gustaría pasarme más a menudo por aquí a leerte :) Espero que te sigas pasando por mi blog ^^ ¡Un beso!

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